miércoles, 27 de julio de 2011

Lo cierto es que eramos dos, lo cierto es que nunca fuimos. No existe certeza absoluta en lo que al pasado respecta, y sin embargo existe.
Desgarró sus alas creyendo que en el suelo sonreír era como respirar. Las desgarró con furia. Algún dejo de duda la invadió algunos segundos, pero se recuperó enseguida, avergonzada de su vacilación.